La verdadera historia de la A circundada
La A circundada (la A inscripta en un círculo) es un signo tan difundido, conocido y reconocido que ha terminado por ser considerado como un símbolo tradicional del anarquismo, como si hubiese existido desde siempre. Algunos pensaban que venía de la Revolución Española: la mirada poco atenta de algun joven anarquísta, acostumbrado a la A circundada, creyó verla en una foto en el casco de un miliciano cercano a Durruti. Otros pensaban que la A circundada venía de Proudhon y de su idea de la Anarquía en el Orden. En realidad se trata de un fenómeno reciente de la iconografía libertaria: la A circundada fue inventada en Paris en 1964 y reinventada en Milan en 1966. ¿Dos fechas y dos lugares de nacimiento? Veamos .Es en abril de 1964 que aparece en el boletín «Jeunes libertaires» un proyecto de signo gráfico que el grupo de Paris propone «al conjunto del movimiento anarquista», más allá de las diversas tendencias, grupos y organizaciones. «Nos inspiramos en dos motivos fundamentales: primeramente facilitar y hacer más eficaz la actividad práctica de los escritos murales y de los carteles, y luego garantizar una presencia más amplia a la vista de la gente, gracias a un trazo común a todas las expresiones públicas del movimiento anarquista. Más precisamente, se trataba por un lado de encontrar un modo práctico para reducir al mínimo el tiempo de escritura, evitando la necesidad de una firma demasiado larga para nuestros eslogans, y por el otro elegir un signo suficientement general que pudiese ser adoptado por todos los anarquistas. El signo elegido parece responder a estos criterios. Asociándolo constantemente a la palabra «anarquista», gracias a un automatismo mental bien sabido, terminará por evocar en la gente la idea de anarquismo «El signo propuesto es una A mayúscula inscripta en un círculo. Tomás Ibañez tiene la idea, René Darras la realiza gráficamente. ¿De donde viene la idea? ¿Del s’mbolo antinuclear de la CND (Campaign for Nuclear Disarmament) que ya había sido ampliamente difundido? ¿De otras fuentes de inspiración? El grupo Alliance Ouvrière Anarchiste sostiene haber usado ya en los años 60 el símbolo de la A circundada en su correspondencia interna, que sin embrago no aparece en su boletín hasta 1968.La propuesta de los jóvenes libertarios franceses en 1964 no tuvo en efecto ningun éxito, salvo alguno que otro graffiti en el metro de Paris, aunque en diciembre del mismo año la A circundada figura en el título de un artículo firmado Tomás (Ibañez) en el periodico Action Libertaire. La red de jóvenes libertarios (J.L.) que al comienzo de los años 60 podía contar con diversos grupos en toda Francia se va debilitando: desaparecen los boletines regionales y el boletín parisino quedará en letargo de 1965 a 1967. Sin embargo muchos de las J.L. estarán en primera fila en mayo del 68. Fin del primer cap’tulo.Habrá que esperar el año 1966 para que el s’mbolo de la A circundada sea retomado, primero a t’tulo experimental luego regularmente a partir de 1968, por la Gioventù Libertaria de Milan, que mantenía relaciones fraternas con los jóvenes libertarios parisinos (ambos grupos fueron determinantes en la constitución del Comité européen de liaison des jeuness anarchistes – CLJA). Es entonces que comienza la vida pœblica del s’mbolo. Las primeras veces que se lo ve es en realidad en Milan, donde figura como firma de volantes y carteles de los jóvenes anarquistas, asociado en un comienzo al signo antinuclear y a la «manzana» de los provos holandeses. La A circundada se difunde primero en Italia y luego en todo el mundo, pero casi no hay rastros de ella en el mayo parisino del 68 y las primeras apariciones visibles fuera de Italia son de los años 72-73. En los comienzos de los años 70 estalla la moda de la A circundada y los jóvenes de todo el mundo se la apropian. Tiene un éxito tal que si su inventor la hubiese registrado, hoy sería millonario.(Pero no habría sido un anarquista. N de la T) ¿Porqué un éxito tan rápido y sorprendente? Verosímilmente por las mismas razones que habían llevado a los jóvenes libertarios a proponer el símbolo: por un lado, fácil de trazar, simple como la cruz, o la estrella, o la esvástica, más simple que la hoz y el martillo; por el otro, un movimiento jóven y en plena expansión que habia aprendido a escribir en las paredes y que buscaba un signo de reconocimiento. Es así como la A circundada se impuso de hecho – sin que ninguna organización o grupo haya ni soñado en decretar su uso – en ausencia de otros s’mbolos gráficos internacionales anarquistas (o en presencia de una simbología caída en desuso, como por ejemplo en Italia la antorcha). Esta es entonces la verídica historia de la A circundada, hecha de voluntad conciente y de espontaneidad: una mezcla típicamente libertaria. Y el resto es leyenda.
Traducción al español de Heloisa Castellanos